10 Puntos más importantes qué ver en Kioto
Ruta por Japón
Uno de los lugares que más me ha gustado y sorprendido de Japón ha sido Kioto, puesto que ofrece muchas cosas que ver. Sobre todo si te gusta la parte más tradicional es el sitio ideal para transportarte a otra época.
Cuando uno visita Japón siempre tiene en mente Tokio y Osaka, pero ¿Y Kioto? ¿Piensas que no puede ser tan impresionante? Empezaré diciendo que algunos de sus barrios conservan esos edificios tradicionales de madera y casas de té, en los que aún se pueden ver maikos y geishas paseando por sus calles.
También destaca los cientos de fantásticos templos y santuarios, preciosos jardines y grandes palacios, que convierten a Kioto en el sueño de todo viajero. Eso sin tener en cuenta otro de sus grandes atractivos, su deliciosa gastronomía, en la que destacan platos como el sushi, el sashimi, la tempura, el ramen, la carne de Kobe, los okonomiyaki, las gyozas o la exquisita sopa de miso.
Índice de contenido
➭ Cómo llegar a Kioto:
➭ Diferencia entre santuarios y templos:
➭ 10 Puntos más imporantes qué ver en Kioto:
→ 01. El barrio de Higashiyama
→ 02. Templo de Kiyomizu-dera
→ 03. Pagoda de Yasaka
→ 04. Templo Ryozen Kannon
→ 05. Templo Kodaiji
→ 06. Templo Honzan Ryuchizan Daiun-in
→ 07. Barrio de Gion, el barrio de las geishas
→ 08. Calle Pontocho
→ 09. Santuario Fushimi Inari-taisha, el templo de los torii
→ 10. Puntos extras para visitar
➭ Dónde comer en Kioto:
➭ Dónde alojarse en Kioto:
Cómo llegar a Kioto:
Nosotros veníamos de Kanazawa, por lo que cogimos el tren directo para Kioto y así pasar la noche allí. La mayoría de viajeros llegan a Kioto desde Osaka, situado a poco más de una hora en el tren JR Haruka Limited Express, o desde Tokio, con el tren bala Shinkansen de la línea Tokaido en dos horas y media.
Luego en Kioto es fácil moverse por la ciudad tanto a pie, como en metro o autobús. Es una ciudad que merece la pena invertir mínimo un par de días para poder ver y disfrutar los principales atractivos turísticos de Kioto.
A menudo se confunden los dos, así que antes de comenzar la ruta de los 10 mejores sitios que ver en Kioto, conviene hacer una distinción entre santuarios y templos.
- Los santuarios (shrine, en inglés; jinja, en japonés) pertenecen al sintoísmo, la religión nativa de Japón. Son fáciles de reconocer, porque su entrada suele estar marcada con uno o varios toriis ⛩, el arco tradicional japonés a modo de puerta. En los santuarios sintoístas se adora a los espíritus de la naturaleza, los llamados okami. Por ello es frecuente ver esculturas como los famosos kitsunes o zorros japoneses. Los santuarios suelen ser de color rojo, aunque no siempre. El santuario de Toshogu en Nikko es uno de los más espectaculares de Japón.
- En los templos (temple, en inglés; otera, en japonés), por el contrario, se practica el budismo. Esta religión llegó a Japón desde China y Corea, en torno al siglo VI. En Japón hay varios estilos de templos budistas, según la secta a la que pertenezcan. Sus nombres suelen acabar en -ji (Kinkaku-ji, Tofuku-ji) o -dera (Kiyomizu-dera, Hase-dera). Algunos son famosos por sus enormes esculturas de Buda, como el templo Todai-ji en Nara.
Situado en la ladera de una montaña, este barrio conserva la esencia del Kioto más tradicional. Desde la estación de tren de Kioto cogimos un bus (el 100 o 206) que en poco más de media hora nos dejó justo a la entrada del barrio. Higashiyama lo puedes recorrer antes o después de visitar el Templo de Kiyomizu-dera, un indispensable qué ver en Kioto. Nosotros optamos por subir al templo y luego disfrutar de las calles de este barrio.
Según mi experiencia, si quieres disfrutar del barrio si nadie, lo ideal es llegar sobre las 7 de la mañana, recorrer sus calles más importantes y después visitar el Templo de Kiyomizu-dera, y luego aprovechar la bajada para volver a pasear por el barrio cuando las tiendas ya están abiertas.
Otra opción, sobre todo si te alojas en Kioto, es ver el atardecer, que es cuando hay menos gente y puedes hacerte la famosa foto con la pagoda Yasaka Kamimachi de fondo, otro de los imprescindibles que ver en Kioto.
El barrio está lleno de casas tradicionales de madera que albergan numerosas tiendas de souvenirs y cafeterías, de la cual quiero destacar el Starbucks. Y te preguntarás ¿en serio? ¿Un Starbucks? Lo que lo hace especial es que ha conservado a la perfección su interior, merece la pena echarle un vistazo. Eso sí, está lleno de gente y tienes que tener cuidado con la cabeza si eres alto, que yo me di con una de las vigas de madera del techo.
Conviene tener en cuenta, que el barrio tiene bastantes cuestas, por lo que te recomiendo llevar un calzado cómodo. Además dice la leyenda que si te caes en Sannenzaka morirás en tres años y si lo haces en Ninenzaka, lo harás en dos. Así que mucho ojo por donde pisas.
Conocido como el templo del agua pura, es uno de los lugares más bonitos que ver en Kioto. La ciudad tuvo la fortuna de salvarse de los bombardeos estadounidenses durante la Segunda Guerra Mundial y gracias a eso conserva toda su esencia.
Construido en el 778, este templo es famoso por sus magníficas vistas de la ciudad, sus pagodas, sus pabellones y por supuesto por la espléndida naturaleza que lo rodea. Desde el edificio principal tienes unas vistas fabulosas, pero te recomiendo caminar e ir hasta el siguiente. Porque desde este punto se puede contemplar el propio edificio que es toda una maravilla. Si te fijas su balcón se sostiene gracias a cientos de columnas superpuestas entre sí, que no tiene ningún clavo.
Como la mayoría de templos de Kyoto te recomiendo visitar Kiyomizu-dera a primera hora, sobre todo para no toparte con todos los grupos organizados.
Cascada Otowa
A los pies del balcón del salón principal encontramos otro de los puntos destacados visitar en templo Kiyomizu-dera la cascada Otowa u Otowa no taki que dio nombre al templo.
Supuestamente el agua de la cascada tiene propiedades terapéuticas. Se divide en tres chorros y los visitantes pueden beber de ella para obtener salud, amor o éxitos en los estudios. Si bebes de los tres chorros suele ser signo de avaricia y trae mala suerte.
Es una de las zonas más populares del Kiyomizu-dera, así que casi siempre hay cola, hay gente que lleva hasta botellas para llenarlas. Pero no tengas dudas y acércate a beber agua de la cascada, quién sabe quizás traiga algo bueno.
El complejo es enorme, así que te recomiendo disfrutar de él.
De vuelta al barrio de Higashiyama, tocó disfrutar, ahora sí, de sus tiendas y calles ahora con un poco más de gente. También aprovechamos a comer en esta parte de Kioto, que te contaré más adelante. Te volverás loco con tanta tienda, todo lo que deseas comprar de Japón está aquí, además que en muchas de ellas podrás degustar algunos dulces o licores típicos japoneses.
Del desaparecido templo de Hokan-ji hoy en día lo único que queda es la hermosa pagoda de Yasaka. Es quizás la estructura más reconocible del barrio tradicional de Higashiyama y una parada obligatoria que ver en Kioto. Con sus 46 metros de altura y al encontrarse en uno de los barrios más pintorescos de Kioto, sirve de telón de fondo de algunas de las mejores estampas de la ciudad.
Muy cerca estaba el templo Ryozen Kannon, conocido por su estatua de 24 metros de la Diosa Kannon. Este templo también es un memorial a los soldados del mundo no conocidos que perecieron en la Segunda Guerra Mundial. La entrada costó 300 yenes y te dan un incienso que debes colocar como respeto a la entrada del templo.
Una de las curiosidades más destacable es que puedes entrar dentro de la figura de la diosa, en su interior tiene varios altares.
Justo al lado hay otro templo que destaca por su bosque de bambú. Algo que se ha puesto de moda por instagram es hacerse una foto en el Bosque de Bambú de Arashiyama en Kioto. Para muchos viajeros al final es un poco decepcionante, pues no es nada del otro mundo. Si no quieres ir hasta allí, aquí encontrarás algo parecido y donde sacar igualmente buenas fotos y lo mejor es que no hay mucha gente.
Dejándonos llevar por las calles y paseando tranquilamente, cosa que te recomiendo hacer en Kioto, nos topamos con este templo, y decidimos pagar la entrada y pasar.
Daiun-in es un templo independiente perteneciente a la secta budista Jodo Shu, Tierra Pura. Está situado al pie de Higashiyama y tiene una historia que abarca más de 430 años. El origen del templo se remonta a 1587, el año 15 del período Tensho. El emperador Ogimachi concedió el Palacio Imperial Oike (Karasuma Nijo) al sacerdote fundador, Teian Shonin, y le ordenó que rezara por las almas de Oda Nobunaga y su hijo Nobutada.
Lo que más llama la atención es sin duda la torre, que arriba tiene un mirador. Por dentro las pinturas que tiene son espectaculares.
Una de las cosas que más me gustó fue subir hasta el mirador de la torre y ver otras vistas diferentes de Kioto.
Gion es el famoso barrio de las casas de té, donde trabajan geishas y maikos, un barrio imprescindible qué ver en Kioto. La mejor hora para visitar este barrio es a partir de las 17:00. Aparte de las casas tradicionales, si tienes suerte puedes cruzarte con una maiko, aprendiz de geisha, o una geisha de camino a una casa de té.
Te recomiendo pasear por el barrio sin rumbo fijo, no dejes de pasear por las calles paralelas a la zona más turística, pero ojo que no por todas las calles se puede transitar. Recuerda que siempre debes actuar con el máximo respeto para no hacerlas sentir incómodas y nunca hacer fotos ya que, desde hace un tiempo, estas están prohibidas, tanto a las maikos y geishas como a las casas y calles privadas de Gion.
Por la calle tuvimos la suerte de ver a varias maikos y sacamos la foto con la mayor prudencia, simplemente esperando a que pasara y con el móvil por debajo del pecho para retratar el momento.
Algunas calles que nos recomendaron para ver geishas y maikos fueron la Hanamiko-ji, Gionmachi Minamigawa y sobre todo, Miyakawa-cho Dori, más apartada y con menos turistas. Ten en cuenta que normalmente se suelen ver cuando van a trabajar, de 17:00 a 19:00 o cuando salen del trabajo de 20:00 a 22:00.
Una buena opción para visitar este barrio y entender mejor la historia de las geishas es optar por un free tour que te ayude a comprender el trabajo que hacen.
Cerca del barrio de Gion se encuentra la calle Pontocho, una estrecha calle que aún conserva el encanto del Japón tradicional, que además, es otro de los lugares donde te puedes cruzar con geishas o maikos, cosa que nos pasó.
Esta estrecha y peatonal calle es otro punto que ver en Kioto. Discurre paralela al río Kamo y cuenta con numerosos restaurantes recomendados a ambos lados como Tetsu y Kappa, especializados en sushi.
Pese a que de día la zona también tiene mucho encanto, te recomiendo recorrerla por la tarde/noche, cuando están encendidos los farolillos rojos y estos le dan un encanto mágico, a pesar de que en ese momento, suele estar muy masificada. A partir de las 22:00 es cuando podrás pasear por ella sin tanta gente.
Una vez que cruzamos la calle, volvimos por la calle paralela Kiyamachi-dori bordeando el precioso canal Takase hasta llegar al Puente Donguri. Aquí terminó nuestro primer día, pero aún me queda un par de cosas que recomendar.
Conocido por sus cientos de torii, el santuario de Fushimi Inari es sin duda uno de los lugares más fotografiados de todo Japón y el punto más importante qué ver en Kioto. Situado en el monte Inari, en el sudeste de Kioto, el santuario está dedicado al dios sintoísta del mismo nombre. Según la mitología japonesa, los zorros o kitsunes son los mensajeros del dios Inari, por ello a lo largo del recorrido se pueden ver numerosas estatuas de estos simpáticos animales.
El origen del santuario es muy antiguo, mucho antes incluso de que Kioto se convirtiera en la capital de Japón, en el año 794. Los edificios y pabellones principales de Fushimi Inari Taisha se encuentran a los pies del monte Inari. Justo detrás de ellos empieza la famosa hilera de torii rojos, los cuales conducen hasta las partes más altas del monte. La cima se encuentra a poco más de 230 metros sobre el nivel del mar, por lo que la subida es perfectamente realizable.
La mayoría de los torii han sido donados por personas o empresas, cuyos nombres se pueden leer en la parte posterior de cada torii, junto al año en que fueron donadas. A partir del cruce conocido como Yotsutsuji, el camino se bifurca en un sendero circular, el cual lleva hasta la cima del monte. Desde arriba se pueden tener unas hermosas vistas de la ciudad de Kioto, y es posible incluso llegar a ver los rascacielos de Osaka en la distancia.
En el monte Inari encontramos por todas partes cientos de tumbas, lápidas y estatuas de zorros, cubiertos todos ellos de musgo. Sin duda el ambiente es mágico, un auténtico viaje al pasado. El estado deteriorado de las lápidas acentúa aún más el efecto, eso sí, prepárate también para ver alguna que otra araña enorme.
Si te alojas en Kioto la calle Hanamiko-ji está repleta de callejuelas con restaurantes en los que probar la mejor carne de Kobe como el Mouriya Gion. Te recomiendo visitar el santuario Yasaka Jinja, el templo Yasui Konpira-gu, Kinkaku-ji o pabellón dorado y El templo Ginkakuji o pabellón de plata. Pasear por la orilla del precioso río Shirakawa, donde también se encuentran varios restaurantes recomendados como Itoh Dining, Gion Tanto o la cafetería Panel Cafe Kyoto.
Para conocer mejor la historia y no perderte nada importante de este barrio puedes reservar este free tour con guía en español.
El sitio donde comimos la verdad que nos gustó mucho, tanto por las vistas, como por lo básico y tradicional que se veía el sitio. Reservamos antes de ir, puesto que íbamos con un grupo bastante grande.
El sitio se llama “Kyoyasaka”, justo al lado de la famosa Pagoda de Yasaka en pleno corazón del barrio de Higashiyama. Según entras tienes que elegir lo que quieres de comer, a la señora que está dentro. Antes de entrar puedes ver los platos, y una vez que ya tienes todo elegido lo pagas en el momento, luego ya te sientan en el comedor, que está en la parte de arriba.
El plato es tipo menú, con el plato que pidas te viene un bol de sopa miso y unos encurtidos. La verdad que estaba todo riquísimo, puesto que comer en Japón es toda una delicia puesto que todo tiene mucho sabor.
A la hora de cenar había cerca de nuestro hotel un restaurante que la verdad nos gustó mucho, Naosan. Para mí fue uno de esos sitios auténticos donde comimos. Aunque fuimos un grupo grande, tuvimos suerte que nos atendieron a todos, y cuatro de nosotros nos tocó en la típica mesa encima de un tatami, más auténtico imposible.
Pedimos una gran variedad de cosas, desde pollo empanada, muy rico, hasta takoyaki, calamar, carne coreana, etc. Todo de vicio, pero lo mejor vino después, porque resulta que tenían karaoke y como los españoles somos tan cortados pues allá que nos pusimos a cantar.
Hasta la señora, que se veía que era la dueña, salió a saludarnos y tuvo el detalle de regalarnos un abanico y unos kitkat, además de un chupito, bueno la verdad que fue toda una experiencia.
Para sacar el máximo provecho a tu viaje y que te de tiempo de ver todo lo esencial de Kioto no es necesario alojarte allí, puesto que Osaka está muy cerquita. Nosotros pasamos una noche allí en el Framboise Kyoto Hotel de charme. Nuestras maletas las enviamos de Tokio a Osaka directamente, para el día siguiente ya alojarnos en Osaka y no andar con las maletas de un lado a otro.
Era un hotel bastante mono, aunque quedaba un poco retirado de la estación de tren de Kioto. Lo mejor es que estaba muy cerca del Santuario Fushimi Inari-taisha, el templo de los torii. Tanto que fuimos andando y ya desde este santuario cogimos el tren que nos llevaría a Nara.
La habitación y el baño eran muy amplios, la cama grande y cómoda, y como en todos los hoteles tenías todo lo necesario para asearte.
Lo bueno de alojarse en Kioto es que puedes disfrutar de su vida nocturna, así si puedes aunque sea pasa una noche allí aunque tu punto neurálgico sea Osaka.
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