Qué ver y hacer en Nikko
Ruta por Japón
Si por algo se caracteriza Japón es por sus santuarios y templos, y aquí te quiero mostrar que puedes ver en la pequeña localidad de Nikko. El poblado nació como un asentamiento de servicios para los diferentes lugares religiosos. Además se encuentra la estación de tren más antigua de Japón, diseñada por el arquitecto Frank Lloyd Wright y construida en 1915.
Cómo llegar a Nikko:
Llegar a Nikko desde Tokio la verdad que fue una tarea sencilla. Fuimos hasta la estación de “Tobu Asakusa”, que se encuentra en el primer y segundo piso del edificio “Ekimise”. Allí cogimos nuestro primer tren bala. Antes de llegar a Japón contábamos con nuestro Japan Rail Pass de 7 días, y también habíamos preseleccionado con tiempo los asientos.
La Estación de destino era la de “Tobu Nikko Station”. Aunque la cartelería está en japonés y varios idiomas asiáticos, también la ponen en inglés. Para ir hasta el tren tan solo hay que fijarse en los carteles y ver la hora, la estación de destino e ir al número de dársena que te indica.
Google maps en Japón funciona muy bien, así que te ayudará a la hora de calcular los distintos trayectos e incluso ver el andén desde donde sale el tren. El viaje fue poco menos de dos horas en tren, ten cuidado porque hay otros que tardan algo más, con el JR Pass puedes coger el express que es el que tarda menos.
Una vez en Nikko el destino final es ver el Santuario Nikko Tosho-gu, consagrado al líder samurái más famoso, Tokugawa Ieyasu. Sus estructuras talladas y magníficamente decoradas forman parte de los santuarios y templos más importantes de Japón. Cuenta de ello es que es un sitio declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Si no quieres darte una paliza a andar hasta llegar al santuario, te recomiendo coger un bus que sale desde una dársena de buses que hay justo a la salida de la estación de tren. Según sales de la estación de tren, el bus sale desde la derecha de la isleta central.
Son como unas seis paradas y tardas unos 14 minutos, pero si hay tráfico puedes tardar bastante más, así que te aconsejo madrugar y evitar la aglomeración que se forma después.
Luego para volver a la estación de Nikko tienes la misma opción de bajar en bus o ir andando, eso te lo dejo a tu elección.
Tokugawa Ieyasu desempeñó un papel fundamental en la unificación de Japón y es una de las figuras más importantes de la historia del país. Su ascenso a shogun inició el período Edo, que constituyó la época más pacífica y próspera de la larga historia del antiguo Japón.
Un año después de la muerte de Tokugawa Ieyasu, Nikko fue consagrado a su figura, que pasó a ser considerada una divinidad. Los santuarios de la rama Toshogu se esparcieron por todo Japón.
Cada año, en otoño y primavera, se celebra el Gran Festival Shuki Taisail en el santuario Nikko Toshogu con una procesión de mil guerreros que representa la llegada de los restos de Tokugawa Ieyasu a Nikko.
Después de caminar un poco, atravesando el torii de entrada, lo primero que llama especialmente la atención es la pagoda de cinco pisos que se encuentra cerca de la entrada principal. Los cinco pisos representan los elementos de la existencia en orden ascendente: tierra, agua, fuego, viento y vacío.
Las taquillas están al pie de las escaleras que dan acceso al recinto, la entrada cuesta 1.300 yenes. Una vez tengas la entrada solo queda subir las escaleras y pasar por la Puerta Omotemon. Nada más entrar la verdad que el recinto impresiona mucho. Hay una gran cantidad de templos y todos ellos muy ornamentados.
El primer lugar que quiero destacar es Shinkyuusha (Sanzaru, three monkeys), el establo del Caballo Sagrado. Destaca el grabado que tiene en su fachada, que son los tres monos sabios, “No ver el mal, no oír el mal y no decir el mal”. Los tres monos enseñan a los niños a evitar que ocurran cosas malas no viendo, hablando ni escuchando el mal. Pero como se han popularizado mundialmente ha sido a través de los emojis de whatsapp que todos hemos utilizado alguna vez.
Junto enfrente hay otra construcción con un grabado bastante particular el llamado Sozonozo o elefante imaginario. El autor de éste nunca había visto un elefante de verdad, y le pidieron que grabara uno en el edificio. Creo que para no haberlo visto, hizo bastante buen trabajo.
Coincidió que había una excursión de niños y la verdad que la imagen del lugar no podía ser más auténtica. Atravesamos el último torii y ya delante nuestra se encuentra la Puerta Yomeimon, la cual cuenta con la decoración más lujosa de Japón, está cubierta con 508 minuciosos tallados que representan niños, ancianos y bestias míticas, y constituye una obra maestra de la artesanía del período Edo.
En este santuario se encuentra el mausoleo de Tokugawa Ieyasu, uno de los tres grandes unificadores de Japón. Para llegar a él hay que pasar por una puerta donde se encuentra el grabado del Nemuri-Neko, el Gato Dormido. Fue tallado con dos gorriones volando detrás de él. Se decía que la coexistencia de los animales simbolizaba un futuro pacífico para el Japón recién unificado.
Para llegar hasta el mausoleo, hay que subir un largo tramo de escaleras a través de un denso bosque. Una vez arriba verás el espacio dedicado a Tokugawa, donde se dice que descansan sus restos. Está todo muy bien preparado y tienes tanto un lugar para descansar un poco, máquinas donde comprar bebida y como no una pequeña tienda donde comprar algún omamori.
Una vez abajo toca ya ir al gran templo Nikko Tosho-gu. Antes de entrar te tienes que descalzarse y dejar los zapatos fuera, y si tienes paraguas también se deja fuera. Puedes dejar las cosas tranquilamente porque nadie te va a quitar nada.
Solo nos quedaba pasar por un último lugar Rin’nōji Yakushi-do. Según sales por la puerta Yomeimon, a la derecha está este lugar. Requiere una entrada a parte, que contábamos con ella, y al igual que el otro había que descalzarse.
La visita la haces en grupo y aquí tuvimos suerte, el señor que explica cómo hacen su ritual de adoración, lo contaba un poco en español. La verdad que fue curioso.
Pilló justo un día bastante lluvioso, no se si se aprecia en las fotos, pero bueno fue soportable. Para volver a la estación de tren optamos por coger nuevamente el autobús que nos dejaba al lado de la estación. Íbamos con el tiempo justo para comer y coger nuestro siguiente tren con destino a Toyama, que era el siguiente punto para pasar únicamente una noche.
Gente que ha ido me ha recomendado comer en las tiendas, que tiene restaurante, que hay justo al lado de la parada del bus antes de bajar a Nikko. Como he comentado íbamos con la hora pegada así que decidimos bajar y comer cerca de la estación de tren. No recomendaron dos lugares, “Ranburu Restaurant” que tenía un menú bastante variado y estaba muy próximo a la estación, y el “Ramen Bonten” que era solo de Ramen.
Optamos por este último pues nos apetecía probar un ramen en Japón, que no lo habías hecho antes, y la verdad que fue todo un acierto. Fueron muy rápidos en servirnos y el ramen estaba muy rico.
En Nikko hay más santuarios que ver, como el Santuario Futarasan-jinja y el complejo de templos de Rinnō-ji . Y también está el mausoleo del nieto de Tokugawa Ieyasu, Iemitsu, que construyó Nikko Toshogu en el Santuario de Taiyuinbyo.
En el pueblo destacar también la Cheese Garden, el lugar perfecto para probar las tartas de queso japonesas.
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