8 Cosas que ver en Kanazawa
Ruta por Japón
¿Te imaginas cómo vivían los Samuráis?¿Conoces cómo es un barrio de geishas?, pues aquí te cuento qué ver en Kanazawa, para así adentrarte en el Japón de otra época. Famosa por los distritos tan bien conservados del período Edo, los museos de arte y la artesanía regional, Kanazawa hace que sea un punto destacable que ver en Japón.
Índice de contenido
➭ Cómo llegar a Kanazawa:
➭ 8 Cosas qué ver en Kanazawa:
→ 01. Barrio Zazue-machi Caya
→ 02. Barrio Higashi Chaya
→ 03. Barrio Nishi Chaya
→ 04. Barrio Nagamachi, el barrio de Samuráis
→ 05. Santuario Oyama Jinja
→ 06. Castillo de Kanazawa
→ 07. Mercado de Omicho
→ 08. Otros santuarios
➭ Dónde alojarse en Kanazawa:
Cómo llegar a Kanazawa:
Antes de contarte qué ver en Kanazawa, te cuento como llegué. La noche anterior nos habíamos quedado en Takayama, en un Ryokan, y desde la estación principal de Takayama cogimos el tren con dirección a Kanazawa. Tuvimos que ir hasta Toyama y ahí hacer trasbordo hasta Kanazawa. Tardamos como unas dos horas en total.
La estación central de Kanazawa la verdad que llama mucho la atención por lo moderna que es. Nada más llegar destaca la gran puerta de madera Tsuzumi-mon, o su reloj de agua que hay justo al lado.
Kanazawa destaca por varios de sus distritos que conservan aún el encanto del Japón clásico que tanto llama la atención. Desde sus barrios de geishas hasta su barrio de samuráis, que contrasta con la parte más moderna y actual.
Kazue-machi es un antiguo distrito de geishas junto al río entre el puente Asanogawa Ohashi y el puente Nakano Hashi. Es uno de los tres barrios de geishas de Kanazawa que tienes que ver. Esta fue nuestra primera parada y la verdad que para ir abriendo boca fue muy bueno, pues fue una forma de ir adentrándose en ese Japón que hace que sea tan distinto a lo que estoy acostumbrado a ver.
Otro barrio que tienes que ver en Kanazawa es el de Higashi Chaya, uno de los principales qué ver en Kanazawa. Con muchas más casas conservadas, este barrio destaca por sus casas de estilo tradicional. Estas casas se caracterizan por la hermosa celosía de la parte exterior de su planta baja, llamada «kimusuko«, y las habitaciones de estilo japonés situadas en la primera planta. Durante el periodo Edo, se prohibió la construcción de edificios de dos plantas, excepto las casas de geishas.
Una de las peculiaridades y exquisiteces de este barrio es probar el helado con pan de oro. En Kanazawa se concentra el 99% de la producción nacional de pan de oro. Este no sólo se utiliza para decorar templos como el Kinkakuji de Kioto, sino que ahora también se emplea en la cocina y hasta en los dulces. Muestra de ello es el helado envuelto en una hoja entera de pan de oro, que es único en Kanazawa.
Hay varias tiendas especializadas en estas hojas doradas adheridas a pequeños platos, estuches, espejos de mano, palillos, etc. Pero probar un helado de pan de oro creo que es algo que hay que hacer en Kanazawa.
Es el tercer barrio de geishas de que puedes ver en Kanazawa. Este no llegamos a verle, las distancias entre algunas de las zonas es bastante grande y la verdad que pateamos bastante la ciudad, pero para verlo todo en un día era mucho.
Además de los barrios de geishas hay un barrio que tienes que ver en Kanazawa, y es el de Nagamachi. Actualmente todavía conserva muchas de esas antiguas casas de samuráis, por lo que al pasear por sus calles te sentirás como si hubiésemos vuelto al pasado. Un punto indispensable que ver en tu visita a Kanazawa.
Durante el paseo pasamos por Kanazawa Craftsman College, una antigua casa samurái abierta al público, donde puedes pasar gratis, aunque lo único que ves es el exterior y los jardines de la casa, pero bueno nos sirvió para ir abriendo boca.
Casa samurai Nomura
Porque uno de los puntos claves que hay que visitar en Nagamachi, es la antigua y restaurada residencia samurái Nomura-ke. Hoy en día sirve de museo y muestra cómo era la vida de los que allí vivían en una época en la que los samurái eran importantísimos en Japón. Destaca tanto su interior como su exterior, su precioso jardín y su arquitectura. La entrada cuesta unos 550 yenes.
Aquí sí que pudimos ver el interior de la casa e incluso una auténtica armadura samurái. Mereció mucho la pena, es algo que hay que ver cuando vas a Kanazawa.
Con más de 300 años de historia, este santuario sintoísta es el más importante de Kanazawa. Consagrado a Toshiie Maeda, lo primero que llama la atención es su entrada principal, muy diferente del resto de templos, el Pórtico Shinmon.
Este pórtico es mezcla de estilo asiática y europeo. Esto se debe a que fue construido por un arquitecto holandés, del que poco se sabe. Destacan sus vidrieras de colores y las placas de cobre que recubren la segunda planta. Como curiosidad, el pórtico Shinmon está equipado con el pararrayos más antiguo de Japón y también fue usado durante algún tiempo como faro.
Los jardines que rodean este santuario son preciosos, un oasis perfecto de calma para alejarse de la ciudad y un punto indispensable que ver en Kanazawa. Además desde aquí está muy cerquita un puente peatonal que te llevará directo hasta el Castillo de Kanazawa.
Fue fundado en 1583 cuando el clan Maeda se trasladó a Kanazawa. A lo largo de los años ha sido destruido y reconstruido. El castillo tenía tales proporciones que a finales de 1.700 era llamado “el lugar de los 1.000 tatami”. Una de las características distintivas del castillo es que los pisos están hechos de plomo, no sólo porque eran a prueba de fuego, sino porque en tiempo de asedio estos podían quitarse, fundirse y transformarse en balas.
Los jardines que rodean el castillo son enormes, fui muy temprano y no llegué a entrar dentro, pero el paseo por esa zona me pareció muy bonito, puesto que los jardines están muy bien cuidados.
Jardines Kenroku-en
Y hablando de jardines, muy próximo al castillo están los Jardines Kenroku-en, los cuales tampoco llegué a visitar, pero tenían muy buena pinta. Hay que pagar entrada y andaba con el tiempo justo, por lo que a veces toca sacrificar algunos sitios para visitar.
El mercado de Omicho ha formado parte esencial de la cultura gastronómica de Kanazawa durante más de 300 años. Cuenta con más de 170 establecimientos, incluyendo un gran número de pescaderías que venden pescados frescos y mariscos, pescados en el mar de Japón. También hay verdulerías, fruterías, tiendas de alimentos secos, así como tiendas de ropa y restaurantes.
El mercado suele estar abarrotado de turistas y lugareños por igual, puesto que es una buena opción para comer en Kanazawa, sobre todo si eres amante de los productos del mar.
Sino otra opción, que fue la que escogimos, es ir justo al edificio de enfrente, un centro comercial con varios restaurantes en la zona baja. E igualmente cuenta con un mercado pero esta vez más moderno y sobre todo con gran surtido de dulces.
Si algo caracteriza Japón es por sus santuarios y templos, en mi visita a Kanazawa me dio tiempo a ver otros dos más.
Hirosakainari Shrine
Muy próximo a los jardines de Kenroku-en, me llamó la atención la hilera de toriis, que recuerdan al paseo de Toriis en Kioto, aunque estos son mucho más pequeños.
Ozaki Shrine
Este otro templo fue el primero que visité, y guardo un gran recuerdo puesto que cuando fui solo vi a gente lugareña que se acercaba a rezar, y por unos momentos me sentí uno más.
Nos alojamos en el Hotel Torifito Kanazawa, muy cercano a la estación central de tren de Kanazawa. Era una zona tranquila bastante tranquila, al otro lado de la estación si había una zona con más movimiento donde incluso una noche fuimos de karaoke.
La habitación estaba muy bien, era amplia, había que descalzarse para estar en ella, pero contaba con zapatillas tipo pantuflas, y si querías también tenían pijamas. Como en todos los hoteles de Japón, había a tu disposición todo tipo de productos de aseo.
La cama era cómoda y no se escuchaban ruidos. Pero lo que más me gustó, que justo el de chicos estaba en nuestra planta, es que había un Onsen. Un Onsen son los baños tradicionales japoneses de agua caliente rica en minerales.
Algunos Onsen tienen zona exterior, este solo era interior, no era muy grande pero lo suficiente para relajarse un poco. Había taquillas donde dejar todas tus cosas y como mucho puedes solo llevar una toalla pequeña, que como mucho solo podrás ponerte en la cabeza una vez que estés en el baño.
Antes de nada te tienes que dar una ducha con agua y jabón y luego ya acceder al baño termal. Como el agua está tan caliente pues únicamente podrás estar un rato, por lo que la gente no suele estar mucho tiempo. Una vez que terminas tienes todo lo necesario para acicalarte.
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