8 Cosas que ver en Timișoara
Todo lo que necesitas saber
Una de las ciudades que más me gustó de Rumanía fue Timișoara y aquí te cuento los 8 puntos más importantes que ver. Su proximidad a Serbia hace que sea totalmente diferente del resto de las grandes ciudades de Rumanía. Es además una ciudad alternativa a la hora de entrar o salir a Rumanía, hay vuelos directos desde Madrid los martes y sábados.
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➭ 8 Cosas que ver en Timișoara:8 Cosas que ver en Timișoara:
Timișoara fue el lugar más alejado desde nuestro punto de origen, en principio no estaba en el planning, pero mi insistencia hizo que al final hiciéramos parada aquí. Hicimos bastantes kilómetros hasta llegar a Timișoara pero al final mereció la pena, te cuento los 8 puntos más importantes que ver.

El primero de todo ellos es la Piața Unirii, la que sin duda es la plaza más bonita que ver en Timișoara y en toda Rumanía. Se nota la influencia del Imperio de los Habsburgo nada más echar un vistazo a los preciosos edificios que rodean la plaza. Nada más llegar el Palatul Brük, con su colorida fachada, te enamorará.
Como eje central de la plaza hay una columna barroca, el Monumento a la Santísima Trinidad, y desde este punto tienes una perspectiva de toda la plaza. Cuando fuimos era semana santa y pudimos ver una especie de recreación del martirio de Cristo, que luego hizo una procesión por las calles, fue algo curioso de ver. Es una plaza muy animada, con mucho ambiente y terrazas donde poder sentarse a comer o tomar algo, cosa que hicimos.

No pasa desapercibida la imponente Catedral de San José, también conocida como el Domo. Pudimos entrar dentro, pero estaban en misa y no pude hacer fotos, se ve que está muy cuidado y destaca por su sencillez.
Otro templo que destaca, aunque se ve su trasera, es la Iglesia Congregacional Serbia de la Ascensión del Señor. En esta también pudimos entrar y era muy distinta de las que hemos visto en nuestra ruta por Rumanía. Justo al lado de esta iglesia está hay un precioso palacio Barroco del siglo XVIII, donde se encuentra la sede episcopal serbia, que tiene justo un bar al lado que cuenta con terraza.
Otro de los edificios que destaca es el Museo de Arte Nacional de Timișoara. Admirando esta plaza se entiende el por qué se le da el sobrenombre a Timișoara como el de “la pequeña Viena”.

Otro de los edificios que destaca es el Museo de Arte Nacional de Timișoara. Admirando esta plaza se entiende el por qué se le da el sobrenombre a Timișoara como el de “la pequeña Viena”.
Algo que te recomiendo siempre hacer es callejear, y el centro de Timișoara como es tan recogido es perfecta para ello. Siempre encontrás algún edificio, cafetería o restaurante que te llame la atención, además por la noche la suelen de un modo especial.
Entre esas calles destaca la Piața Sfântul Gheorghe, donde hay un tío vivo y uno restos de una antigua iglesia, donde solo quedan algunos restos.

La Piața Libertății es otra gran plaza con mucho ambiente, tenían también puestos con cosas artesanales y de comida. Siempre que pasamos por allí había mucho movimiento, y no es para menos puesto que de aquí sale uno de los puntos más imprescindibles que ver en Timișoara.

Y es que la calle peatonal de Alba Iulia es una de las más destacadas de la ciudad. Yo vi fotos de la calle repleta de paraguas, pero nosotros nos la encontramos con centros de flores flotando por toda la calle. Para mí gusto me pareció mucho más bonita así, puesto que los paraguas los ves en muchas calles.

La imagen además que hay hacia la Plaza de la Victoria es muy buena. Esta calle me recordó, salvando la distancia, a la calle preciados de Madrid, por la cantidad de gente que había a todas horas. Está llena de tiendas, cafeterías y sobre todo varias heladerías, todo esto hace que sea la calle más bonita que ver en Timișoara.
Cruzada la calle Alba Iulia nos topamos directamente con la Piața Victoriei. En un extremo está el edificio de la Ópera Nacional y al otro la Catedral Metropolitana de Timișoara.

Tiene en el centro una enorme parte ajardinada y con varias fuentes que la verdad dan mucha vida a esta plaza. Hay edificios que no dejan indiferente a nadie como el Neuhausz o el palacio Szechenyi. Si miras bien verás que hay una Cărturești Carusel, aunque no tan bonita como la de Bucarest.
De estilo bizantino, es el edificio religioso más grande que ver en Timișoara. A pesar de su corta historia, puesto que se inauguró al final de la Segunda Guerra Mundial, es uno de los edificios más fotografiados de la ciudad.

Dentro destacan sus frescos y mosaicos, además tuvimos la oportunidad de ver como es una misa ortodoxa, que nunca antes la había visto, y la verdad que resultó curiosa.
La Sinagoga Cetate es un edificio de arquitectura de estilo ecléctico neomudéjar, con 744 asientos, construido en 1865 por la comunidad judía de Timișoara. Actualmente está en proceso de renovación, el edificio ha sido cedido a la Filarmónica para conciertos de estilo árabe.

Sus Palacios desconchados con diosas por cornisas revelan que Timișoara tuvo un pasado glorioso, que fue gastado por los cambios políticos. Cerca de nuestro alojamiento se encontraba el Bastión de María Teresa, junto a la rotonda con la fuente de los Cuatro Puntos Cardinales, donde se puede observar los restos de la antigua ciudadela de Timișoara. En su día la ciudad tenía forma de fortaleza amurallada en forma de estrella, algo impensable hoy en día, y donde antes estaban esos muros defensivos hoy en día hay tiendas y restaurantes.

La ciudad además cuenta con una gran cantidad de zonas verdes como el Parque Cívico, el Jardín Botánico o el Parque Central, pequeños refugios donde escapar de la ciudad.
Para nuestra estancia en Timișoara nos decantamos por coger el apartamento, “Dream Apartment Timișoara”. Íbamos varias personas y resultaba lo más cómodo para estar los cuatro juntos. Este alojamiento además tenía la ventaja de que estaba muy cerca del centro histórico y tenía parking gratuito para poder dejar el coche.
En total tenía 3 dormitorios, un salón muy grande, la cocina también era grande y dos baños, aunque solo una ducha. Además contaba con dos terrazas al exterior y una al interior, era súper amplio. La noche que pasamos allí incluso decidimos comprar comida y comer en el piso.
A priori tu lo ves por fuera y el edificio es feo y viejo y el portal da un poco de terror, pero luego dentro del apartamento está todo totalmente nuevo y limpio. Me he fijado en muchos de los alojamientos pasa eso, son edificios viejos con fachadas estropeadas, pero luego de puertas para dentro está todo en buenas condiciones.
No le faltaba detalle, puesto que tenía lavadora, toallas de sobra, las camas eran cómodas y la cocina estaba surtida de todo tipo de utensilios para poder comer.

Situado en la Strada Florimund Mercy, optamos por comer en Casa Bunicii 3. El sitio tenía buenas reseñas y se veía muy moderno, y cumplió las expectativas. La comida estaba muy rica y el trato fue excepcional, pedimos gulas, una especie de milanesa y por supuesto de postre unos ricos papanasi.

Uno de los castillos más destacados y muy bien conservados es el Castillo de Corvin o Castillo de Hunyad. De los tres castillos que visitamos este fue el que menos me gustó, por fuera es muy imponente, pero estaba en obras y del interior no se conserva nada interesante. Me decepcionó un poco el entorno, me lo esperaba que estuviera en mitad de un bosque o algo así no en mitad de lo que parece un polígono industrial. Por aparcar nos cobraron 15 lei y solo admitía pagos en efectivo.

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