Qué ver en Nueva Escocia y la Isla del Príncipe Eduardo

El este de Canadá guarda dos joyas que suelen quedar fuera de las rutas más turísticas, pero que sorprenden a todo viajero, Nueva Escocia y la Isla del Príncipe Eduardo. Entre faros sobre rocas de granito, pueblos pesqueros con encanto y la historia del Titanic en Halifax, este recorrido combina paisajes inolvidables con cultura local.

En este post quiero compartirte mi experiencia y contarte qué ver en Nueva Escocia y la Isla del Príncipe Eduardo, con recomendaciones prácticas para que te animes a descubrir esta parte tan especial de Canadá.

⚓ Nueva Escocia, historia y paisajes costeros

Nueva Escocia es una provincia que combina historia, pueblos pesqueros pintorescos y paisajes costeros que parecen sacados de una postal. Al no ser una de las zonas más turísticas de Canadá y no tener grandes monumentos, hace que el viaje te lo tomes con otra perspectiva, te cuento qué ver en Nueva Escocia.

⚓ Halifax, puerta de entrada a Nueva Escocia

Empiezo esta ruta por Halifax, la capital de Nueva Escocia. Aunque es una ciudad pequeña y tranquila, resulta perfecta para recorrer a pie, y al mismo tiempo, mantiene un ambiente muy animado gracias a su paseo marítimo, sus pubs con música en directo y ese aire acogedor típico de los pueblos del Atlántico canadiense.

Además, uno de los lugares más especiales de Halifax es su conexión con el Titanic. Tras el hundimiento, varios barcos partieron desde aquí para participar en las labores de rescate, y muchas de las víctimas fueron enterradas en la ciudad. Entre todos, el Fairview Lawn Cemetery es el más conocido, donde se encuentran más de un centenar de tumbas relacionadas con la tragedia. Sin duda, pasear por este lugar es sobrecogedor, ya que cada lápida cuenta una historia única.

Por otra parte, si quieres profundizar más en esta parte de la historia, te recomiendo visitar el Maritime Museum of the Atlantic, que conserva objetos recuperados del naufragio y explica de forma muy emotiva cómo vivió Halifax aquellos días.

Sin embargo, Halifax no es solo Titanic. Por ejemplo, te aconsejo perderte por el Harbourwalk, el paseo marítimo con vistas al puerto, donde podrás caminar entre tiendas, restaurantes y terrazas frente al mar. Además, si te apetece un plan cultural, el Halifax Citadel es otro punto interesante, una fortaleza histórica que recuerda el pasado militar de la ciudad.

🌊 Peggy’s Cove y el faro más famoso de Canadá

A menos de una hora en coche desde Halifax se encuentra uno de los lugares más icónicos de Nueva Escocia, Peggy’s Cove. Sin duda, este pequeño pueblo pesquero es famoso por su faro sobre las rocas de granito, probablemente el más fotografiado de todo Canadá. Además, el contraste entre el blanco del faro, el azul intenso del Atlántico y las casas de colores del pueblo crean una estampa de postal difícil de olvidar.

Por otro lado, el paseo por las rocas y el entorno del faro ya merece la visita, pero lo que realmente convirtió este lugar en uno de los mejores recuerdos de mi viaje fue la comida. En Tom’s Lobster Shack, un pequeño puesto local, probé el que sin duda fue el mejor lobster roll de mi vida. Servido en un panecillo tierno y acompañado de una generosa porción de carne de langosta fresca, lo disfrutamos sentados en un banco al aire libre, con vistas al mar. En definitiva, fue una experiencia sencilla pero inolvidable, que recomiendo a cualquiera que visite Peggy’s Cove.

Además, Peggy’s Cove es un sitio perfecto para caminar sin prisas, sacar fotos y empaparse del ambiente marinero. Eso sí, ten en cuenta que puede ser un lugar muy concurrido, especialmente en verano, así que lo ideal es llegar temprano o a última hora de la tarde para disfrutarlo con más calma. Para mí, es sin duda uno de los lugares más bonitos que ver en Nueva Escocia, y una parada que no puedes dejar pasar en tu ruta por la provincia.

🏝️ La Isla del Príncipe Eduardo, un rincón de cuento en Canadá

Tras este corto recorrido por Nueva Escocia, pusimos rumbo a la Isla del Príncipe Eduardo (IPE), una provincia pequeña pero con muchísimo encanto. Sus paisajes de playas infinitas, casas de colores y carreteras rodeadas de verde la convierten en un destino perfecto para relajarse y descubrir un Canadá más pausado.

🌆 Charlottetown, la capital acogedora

Nuestro punto de partida fue Charlottetown, la capital de la isla. Es una ciudad pequeñita, fácil de recorrer a pie, llena de edificios históricos, tiendas locales y restaurantes donde la vida parece ir sin prisas. Pasear por su centro es una forma estupenda de empezar a empaparse de la esencia de la isla.

🏡 Green Gables, el hogar de Ana de las Tejas Verdes

Uno de los lugares más populares (y sinceramente, uno de los más curiosos) que ver en la Isla del Príncipe Eduardo es Green Gables, la casa que inspiró a Lucy Maud Montgomery para escribir sus famosas novelas de Ana de las Tejas Verdes.

Aunque no seas fan de la saga, seguramente te suene porque la historia ha sido llevada al cine y la televisión en varias ocasiones. La casa perteneció a familiares de la autora y hoy se conserva amueblada tal y como se describe en los libros. Es un sitio muy visitado, pero tiene un aire entrañable que lo hace especial.

🌉 El Puente de la Confederación

Otra de las paradas que más me sorprendió fue el Confederation Bridge, una obra de ingeniería que conecta la isla con Nuevo Brunswick. Con sus casi 13 km de longitud, es el puente más largo del mundo sobre aguas cubiertas de hielo.

Más allá de los datos técnicos, cruzarlo seguro que impresiona. Estar durante varios minutos viendo únicamente carretera y océano a ambos lados tiene que ser toda una experiencia. El puente se inauguró en 1997 y todavía hoy es una de las imágenes más icónicas de la Isla del Príncipe Eduardo.

🍦 El mejor helado de Canadá en Cows Creamery

Aunque en la Isla del Príncipe Eduardo también probé otro lobster roll, la verdad es que, al compararlo con el de Peggy’s Cove, no me convenció tanto. Pero lo que sí me llevé de aquí fue un descubrimiento inolvidable, el mejor helado de Canadá.

La cadena local Cows Creamery es todo un icono en la isla, y no es para menos. Sus helados son cremosos, con sabores originales y elaborados de manera artesanal. Dicen que son los mejores del país, y después de probarlos, no me queda ninguna duda.

Visitar una de sus tiendas se convierte en toda una experiencia, no solo por el helado, sino también por el ambiente alegre y el toque divertido de su marca. Sus camisetas y souvenirs también son muy conocidos, además dio la casualidad que estaba bastante concurrido el sitio donde paramos.

✨ Un viaje entre faros, historia y sabores

Recorrer Nueva Escocia y la Isla del Príncipe Eduardo ha sido una de esas experiencias que se quedan grabadas para siempre. Desde el ambiente marinero de Halifax y la historia del Titanic, pasando por el faro y el inolvidable lobster roll de Peggy’s Cove, hasta los paisajes tranquilos y entrañables de la Isla del Príncipe Eduardo, cada parada tuvo un encanto especial.

Si algo me quedó claro en este viaje es que aquí no se trata de correr de monumento en monumento, sino de disfrutar de la calma, de los paisajes costeros, de la hospitalidad de la gente y, por supuesto, de los sabores locales como el marisco o el helado de Cows Creamery.

Así que si estás planeando un viaje por el este de Canadá, no dudes en incluir estos destinos en tu ruta. Te prometo que descubrirás un lado auténtico y encantador del país que merece muchísimo la pena.

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