🗼 Mi viaje por Tokio: qué ver en Tokio barrio a barrio

Si hay una ciudad que me ha dejado con la boca abierta, esa es Tokio. Cuando preparaba mi ruta, una de las preguntas que más me hacía era: ¿qué ver en Tokio? Porque claro, esta ciudad es inmensa, llena de barrios con personalidades distintas. Y como soy de los que viaja también por el estómago, te voy a contar no solo lo mejor que vi, sino también lo que comí en cada zona. Porque en Tokio, comer es parte de la experiencia.

🍜 ¿Qué ver en Tokio? Lo mejor es vivirlo

Recorrer Tokio por barrios fue la mejor forma de organizar el viaje. Si tú también te preguntas qué ver en Tokio, te recomiendo que lo hagas así: barrio a barrio, perdiéndote sin prisa, y probando todo lo que puedas. Porque Tokio no solo se visita… se saborea.

01. 🧧 Asakusa: tradición, templos y dulces japoneses

Empecé por Asakusa, uno de los barrios más tradicionales de Tokio y lugar elegido para alojarnos. Aquí está el famosísimo Templo Senso-ji, con su gran linterna roja en la entrada. Recorrí Nakamise-dori, una calle repleta de puestos con souvenirs y comida callejera, antes de llegar hasta el templo. Si vas a primerísima hora podrás hacer fotos sin nadie, pero con los puestos cerrados, yo lo ví de las dos maneras.

Antes de entrar, no pude evitar probar suerte con los omikuji, unos pergaminos de la fortuna. Si te sale mala, lo tienes que dejar atado para que los monjes lo recojan y cambie tu fortuna.

Lo que más me impresionó fue la pagoda de cinco pisos, que parece sacada de una película. La gente se acerca al templo a rezar agitando una cuerda con campana, lanzando una moneda y juntando las manos.

Alrededor hay un montón de puestos de comida y tienditas donde venden desde kimonos hasta cosas random que no sabía ni para qué servían. Las calles de atrás son súper fotogénicas, y al fondo siempre destaca la Tokyo Skytree, una torre enorme que por la noche se ilumina y le da un toque brutal al barrio.

💡 Algo que puedes probar aquí son los famosos taiyaki, unos pastelitos con forma de pez rellenos de anko (pasta de judía roja). También venden algunos con crema pastelera. O también unos deliciosos mochis de diferentes sabores y que están coronados por una fresa.

02. 🍢 Ameya-Yokocho: mercadillo caótico y rica comida

Desde Asakusa el siguiente punto fue ir hasta Ameya-Yokocho, un mercado callejero con una historia curiosa. Después de la Segunda Guerra Mundial, aquí se vendían dulces (de ahí lo de Ameya, que viene de ame, caramelo) y artículos del mercado negro. Hoy es un caos de puestos de ropa, comida y cachivaches debajo de las vías del tren.

Paré a comer en Mori no Chaya, donde probé un menú con hambagu, el cual incluía de acompañante una sopa y arroz, buenísimo. 

Menú Ameya-Yokocho

Pero lo mejor fue al llegar a Okachimachi Panda Square, un rincón donde sin esperarlo, me encontré con un mini show de anime. ¡Hasta nos regalaron un pai pai (abanico de plástico) para el calor! Porque, aviso, en verano Tokio puede ser una sauna con edificios.

03. 👾 Akihabara: el paraíso friki de Tokio

Si te gusta el anime, el manga o los videojuegos, Akihabara es tu sitio. Es el barrio más friki que ver en Tokio y probablemente del mundo. Aquí puedes perderte horas entre tiendas de figuras, merchandising, consolas retro y recreativas donde todavía puedes echarte unas partidas a juegos clásicos.

Akihabara

Hay edificios enormes dedicados solo a manga o figuras, como Mandarake o Super Potato si te va lo retro. También hay muchas tiendas de electrónica, aunque ahora el ambiente es más de cultura otaku que de tecnología pura.

Una experiencia curiosa (y rara, no te voy a engañar) son los maid cafés: cafeterías donde las camareras van vestidas de sirvientas y te tratan como si fueras un noble del siglo XIX. ¿Incómodo? Puede ser. ¿Curioso? También.

Akihabara

04. 🚥 Shibuya: el cruce más famoso del mundo

No podía faltar Shibuya, con su cruce de peatones más famoso del mundo, un imprescindible que ver en Tokio. Te voy a ser sincero: en persona me decepcionó un poco. Esperaba más… no sé más grande. Eso sí, si quieres una foto chula del cruce, sube al Starbucks que está justo al lado. Desde ahí tienes buena panorámica con aire acondicionado y gratis.

Allí también está la estatua de Hachiko, el perro que esperó a su dueño durante años. No me voy a extender mucho, pero sí es parada obligatoria, eso sí te tocará hacer cola para hacer la foto.

Hachiko

Por la zona hay muchas tiendas de manga y cosas frikis, perfectas si eres fan del anime, te volverás loc@.

05. ⛩️Parque Yoyogi: un oasis en pleno centro

Otra visita indispensable es el Parque Yoyogi, un pulmón verde enorme donde está el Templo Meiji (Meiji Jingu), uno de los santuarios sintoístas más importantes que ver en Tokio. Está dedicado al emperador Meiji y su esposa, que ayudaron a modernizar Japón. Para entrar cruzas unos torii gigantes de madera y caminas por senderos rodeados de árboles enormes. A pesar de estar al lado de Harajuku, es un sitio súper tranquilo.

Por el camino me encontré con una fila de barriles de sake decorados, que las bodegas ofrecen al templo como símbolo de respeto. Si tienes suerte, puedes incluso ver alguna boda tradicional japonesa mientras paseas por ahí.

06. 🐷 Takeshita Street: contrastes de Tokio

Después del paseo zen, cambié totalmente de ambiente en Takeshita Street, en Harajuku. Esta calle es puro caos de colores, tiendas de moda rara, dulces gigantes, y cafeterías con animales. Sí, cafeterías con cerdos. No me juzgues, Tokio es así. Para comer algo de verdad te recomiendo Harajuku Gyozarou, donde probé unas gyozas increíbles y baratas.

07. 🗼Minato: templos y la mejor foto de Tokio

Luego me fui a Minato, donde está el Templo Zojoji, un lugar que me sorprendió bastante. Es un templo budista con mucha historia, fundado en el siglo XIV, aunque lo que ves ahora es una reconstrucción porque, como casi todo en Tokio, quedó hecho polvo durante la Segunda Guerra Mundial.

Lo más impactante para mí fue el cementerio que hay al lado, lleno de pequeñas estatuas de Jizo, el protector de los niños. Muchas llevan gorritos o bufandas de lana hechos a mano por las familias, y al lado tienen molinillos de colores que giran con el viento. Es bonito y un poco melancólico al mismo tiempo.

Y justo detrás se levanta la Torre de Tokio (Tokyo Tower), que parece la prima japonesa de la Torre Eiffel, pero pintada de rojo y blanco. Mide 333 metros y tiene dos miradores, por si quieres pagar por ver la ciudad desde arriba. Pero si quieres sacar la foto perfecta, te recomiendo buscar una salida de aparcamiento que hay justo al lado de la torre. Se ve fácilmente porque una cuestión… y es que hay hasta una cola para hacerse la dichosa foto. Nos armamos de paciencia y aguantamos para poder sacar un recuerdo para toda la vida.

Mejor foto de la torre de Tokio

08. 🌇Shinjuku: vistas gratis y callejones con historia

En Shinjuku subí al mirador gratuito del Edificio del Gobierno Metropolitano de Tokio (Tokyo Metropolitan Government Building), que suena a oficina aburrida pero tiene unas vistas espectaculares de la ciudad. Si el día está despejado, incluso se ve el monte Fuji a lo lejos, es un mirador que tienes que ver en Tokio. 

Por la noche también mola, con todo Tokio iluminado como si fuera un tablero de circuitos, además en la fachada ponen música con un video reflejado en su fachada.

Después me metí en Omoide Yokochō, también conocido como Memory Lane o directamente Piss Alley (sí, ese es su apodo). Es un callejón súper estrecho lleno de pequeños izakayas donde caben 4 o 5 personas por local. Todo huele a humo de parrilla, carne a la brasa y cerveza. Aquí se recomienda comer yakitori (brochetas de pollo) rodeado de gente local, salarymen soltando estrés después del curro y algún que otro turista despistado. Es de esos sitios que te hacen sentir dentro de una peli japonesa antigua.

Y como el contraste es lo más bonito de Tokio, después me fui a Kabukichō, el famoso barrio rojo de Shinjuku. Aquí hay luces de neón, letreros gigantes, karaokes, bares raros, salas de pachinko y locales con puertas que mejor no preguntar qué hay dentro. No te preocupes, es bastante seguro si vas a lo tuyo, pero es como entrar en otro mundo.

Y sí, aquí es donde se esconde el Godzilla: una enorme cabeza de Godzilla asomando entre los edificios, en lo alto del Hotel Gracery Shinjuku. Puedes subir al hotel a verla de cerca si quieres.

🚇Cómo moverse por Tokio y no volverse loco:

Moverse por Tokio puede parecer un lío al principio, pero una vez le pillas el truco es bastante fácil. La ciudad tiene una de las redes de transporte más eficientes del mundo, pero también una de las más densas. Hay varias compañías distintas gestionando los trenes y el metro, lo que al principio confunde un poco.

Lo primero que tienes que hacer es conseguir una tarjeta prepago: Suica o Pasmo. Las puedes comprar en cualquier estación y te sirven tanto para metro como para trenes, autobuses e incluso en algunas tiendas y máquinas expendedoras. Solo tienes que pasarla por el lector al entrar y al salir del transporte, y listo.

Las líneas de metro más importantes son las de Tokyo Metro y Toei Subway, pero también te moverás mucho en trenes, sobre todo con la famosa JR Yamanote Line, que es circular y conecta muchos de los barrios principales como Shibuya, Shinjuku, Ueno y Tokyo Station.

Consejos prácticos:

  • Google Maps es tu mejor amigo. Te dice qué línea coger, cuánto cuesta y en qué andén estás.
  • Si viajas varias veces al día, puedes mirar si te sale a cuenta algún pase diario o el Tokyo Subway Ticket
  • Evita las horas punta si puedes (entre las 7:30-9:30 de la mañana y las 17:00-19:00 de la tarde) porque se llena muchísimo
  • Si vas con maleta grande, prepárate mentalmente: no es lo más cómodo.

Y algo que me gustó mucho es que los trenes son extremadamente puntuales. Si dice que llega a las 15:02, llega a las 15:02, Japón no juega con eso.

Por cierto, los japoneses son muy respetuosos en el transporte, nada de hablar por teléfono y si escuchas música o vídeos, siempre con auriculares.

🚅 Excursión fuera de Tokio:

Si quieres salir un día de la locura de la ciudad, te recomiendo ir a Nikko, a unas 2 horas en tren. Templos increíbles, naturaleza, cataratas. Un buen respiro para seguir sobreviviendo al calor de verano en Tokio.

Esa fue mi ruta personal de qué ver en Tokio. Si vas con calma, mezclando lo tradicional con lo moderno, Tokio te atrapa. ¿Lo mejor? Siempre te queda algo por descubrir.

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