Qué ver y hacer en Vitré
Todo lo que necesitas saber
¿Sabes qué ver y hacer en Vitré? Situada en la región francesa de Bretaña su castillo, callejuelas y sus casas medievales perfectamente restauradas, te sumergirán en otro época. Una primera parada que nos dejó un buen sabor de boca y que merece la pena ver.
Con una gran riqueza patrimonial, perderse por sus calles es toda una delicia. Te cuento en este post que puntos visite de la encantadora ciudad de Vitré.
Dónde aparcar en Vitré:
Decidimos dejar el coche junto a la Capilla de Sainte-Anne, ya que había bastante espacio disponible y, además, era gratuito. Lo mejor es que está muy cerca de la estación de tren de Vitré, lo que resulta muy cómodo si llegas en transporte público, y el Castillo de Vitré queda a tan solo cinco minutos a pie. Justo al lado de la estación se encuentra la oficina de turismo de Vitré, por si quieres pasar a recoger información o planos antes de comenzar tu visita.

Una vez aparcado, qué mejor forma de empezar que recorriendo el Castillo de Vitré, uno de los puntos más importantes que ver en Vitré y una visita imprescindible para cualquier viajero.
Construido por el barón Roberto I de Vitré a finales del siglo XI, el Castillo de Vitré es sin duda uno de los puntos más destacados de la ciudad. Situado sobre una roca, domina el valle del río Vilaine y, además, en su interior se encuentra el Ayuntamiento de Vitré, lo que le da un encanto especial al combinar historia y vida local.

La entrada del castillo se encuentra en la Place du Château, donde también se pueden ver las típicas letras turísticas perfectas para dejar constancia de tu visita a Vitré. Curiosamente, durante nuestra visita había un pequeño tío vivo; no estoy seguro si es permanente o estaba instalado por las fiestas navideñas, pero le daba un toque muy simpático al lugar.

Al entrar por la puerta de la fortaleza, la taquilla está a la derecha. Compramos las entradas directamente allí y cuestan 6€. Por suerte, pudimos recorrer el castillo prácticamente solos, ya que era temporada baja y apenas había otros visitantes, lo que hizo que la experiencia fuera aún más especial.

La visita es libre y muy sencilla, por lo que no lleva demasiado tiempo. Nada más entrar al patio, a la izquierda se encuentra la entrada a la torre, que marca el inicio del recorrido. Un consejo: estate atento, porque algunas puertas parecen cerradas, pero si empujas comprobarás que se pueden abrir y explorar.
Sin duda, lo que más merece la pena es el dormitorio, ya que el resto de las estancias están bastante vacías. Personalmente, como me encantan los castillos, tener la posibilidad de recorrerlo prácticamente solos fue una experiencia única e inolvidable.
Sin duda, una de las mejores formas de descubrir un lugar nuevo es callejear y dejarte llevar por tu intuición, y Vitré es ideal para ello. Además, su casco antiguo no es muy grande, por lo que te resultará muy fácil orientarte y, al mismo tiempo, ir descubriendo rincones fascinantes.
Mientras caminas, te sorprenderán las casas medievales perfectamente conservadas, con sus entramados de madera y fachadas coloridas, que hacen que pasear por las calles de Vitré sea una experiencia auténtica y muy fotogénica. Incluso sin un plan marcado, cada esquina ofrece algo que merece la pena contemplar y fotografiar.
Otro de los lugares que no puedes perderte en Vitré es la Iglesia de Notre-Dame. Situada en la plaza del mismo nombre, a pocos pasos del castillo, esta hermosa iglesia de estilo gótico flamígero destaca por su elegante arquitectura y sus detalles ornamentales. Fue construida en 1472, lo que la convierte en un testimonio impresionante de la historia medieval de la ciudad.
Aunque queda un poco encajonada, para mí es sin duda la iglesia más bonita de Vitré, tanto por su fachada exterior como por el ambiente que se respira en su interior. Afortunadamente, estaba abierta durante nuestra visita, por lo que pudimos entrar y contemplar su espacio interno, con sus bóvedas, vitrales y el sencillo pero encantador altar.
Además, no olvides mirar hacia arriba para apreciar los detalles góticos de las ventanas y arcos, y pasear alrededor de la iglesia para disfrutar de las casas y calles medievales que la rodean. Sin duda, visitar la Iglesia de Notre-Dame es una parada imprescindible en cualquier recorrido por el casco histórico de Vitré.
Otro de los edificios que merece la pena destacar en Vitré es la Iglesia de San Martín. Aunque durante nuestra visita estaba cerrada y no pudimos entrar, su exterior ya muestra todo el encanto de la arquitectura religiosa de la ciudad.
Construida en el siglo XV, esta iglesia ha sido testigo de siglos de historia local y combina elementos góticos y renacentistas, lo que la convierte en un punto interesante para los amantes de la arquitectura y la historia. Además, su ubicación en el casco antiguo permite disfrutar de las calles medievales que la rodean y de la atmósfera tranquila de Vitré.
Por todo ello, aunque no pudimos visitarla por dentro, la Iglesia de San Martín sigue siendo un lugar que añadir a tu lista de qué ver en Vitré, sobre todo si paseas por sus alrededores y aprecias los detalles de su fachada y campanario.

Como nos pilló la hora de la comida en Vitré, decidimos aprovechar para parar a comer en el casco antiguo. Aunque no había muchas opciones debido a que el pueblo es pequeño y algunos restaurantes estaban cerrados, al final nos decantamos por Le Bistrot des Voyageurs.
Este acogedor restaurante está situado en 26 Rue Garengeot, muy cerca de la estación de tren, lo que lo hace muy cómodo si estás de paso. Tienen un poco de todo, pero nosotros nos decidimos por unas ricas hamburguesas, que estaban jugosas y perfectamente preparadas. Además, el ambiente del local era agradable y el servicio atento, lo que hizo que nuestra parada para comer fuera muy satisfactoria.
Sin duda, es una buena opción para disfrutar de una comida rápida y sabrosa mientras recorres el casco histórico de Vitré.

Si tienes tiempo, muy cerquita, hay un castillo a las afueras, el Castillo Museo de Rochers-Sévigné.
El Castillo de Rochers-Sévigné fue la antigua residencia bretona de Madame de Sévigné, es un palacete gótico del siglo XV. Se puede visitar, pero tuvimos la mala suerte de que en invierno estaba cerrado, aunque pudimos verlo desde fuera y poder hacer alguna fotillo.

Si alguna vez vuelvo por la zona seguramente repetiría la visita. Espero que te haya servido de ayuda para saber que ver y hacer en Vitré, nuestra siguiente parada fue Fougerès.
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