Dónde alojarse cerca del Mont Saint-Michel
Todo lo que necesitas saber
Uno de los momentos favoritos de nuestro viaje fue, sin duda, la bahía del Mont Saint-Michel, un lugar impresionante que nos dejó maravillados. Ante esto, surgió la gran pregunta: ¿dónde alojarse cerca del Mont Saint-Michel? Por lo general, la opción más económica y práctica es hospedarse en algún hotel o casa rural de los alrededores; por eso, decidimos seguir esta estrategia.
Al revisar varias alternativas en la zona, nos llamó la atención la casa rural L’Aurore de la Baie, la cual parecía perfecta para nuestra estancia. Gracias a sus excelentes valoraciones, optamos por pasar allí dos noches. Por si fuera poco, el alojamiento incluía el desayuno. De hecho, se trataba de un desayuno completo, con productos frescos y caseros, que nos encantó y nos permitió comenzar cada día con energía.
🚗︎ Cómo llegar:
Evidentemente, la mejor forma de llegar al Mont Saint-Michel es en coche particular, ya que se encuentra en un pueblito muy pequeño con acceso limitado para transporte público. Desde el alojamiento hasta el parking oficial del Mont Saint-Michel se tarda apenas 10 minutos en coche, lo que lo hace muy cómodo si quieres aprovechar bien el día.
Nos alojamos en la casa rural L’Aurore de la Baie, ubicada en Rue du Moulin de la Butte, 9, Huisnes-sur-Mer. Además, este alojamiento tiene la ventaja de estar bastante cerca de la bahía, por lo que puedes disfrutar de vistas tranquilas y del encanto de un pueblo típico normando.
Para facilitarte la llegada, te dejo el mapa con la ubicación exacta del alojamiento, así podrás planificar tu ruta sin problemas y saber exactamente cuánto tardarás en llegar al Mont Saint-Michel.
He de decir que las valoraciones eran totalmente acertadas. Efectivamente, esta casita rural ofrece todas las comodidades que se pueden pedir, un desayuno muy completo y la gran amabilidad de unos anfitriones perfectos. Sin duda, es el mejor sitio para alojarse cerca del Mont Saint-Michel.
La finca es bastante grande, por lo que hay espacio más que suficiente para aparcar el coche sin problemas. Tienen varias habitaciones y nosotros, en concreto, nos alojamos en una habitación con dos camas en habitaciones separadas y un baño privado.
La entrada conduce a la zona de la cocina, donde se sirve el desayuno. Además, los anfitriones se interesan por tus preferencias y te preguntan a qué hora quieres desayunar y qué bebidas prefieres: café, té, leche… De esta manera, todo está listo a la hora indicada.
El desayuno es realmente completo y variado: dos barras de pan, zumo de naranja, café, croissant, napolitana de chocolate, dos tipos de mermelada, cuatro tipos de queso, un gran surtido de fruta fresca, cereales y un pastel de manzana casero. Y lo mejor es que siempre están pendientes por si quieres repetir o te falta algo.
Además, la casa cuenta con una zona común muy agradable, un gran salón con juegos de cartas y de mesa para todos los que quieran pasar un rato entretenido. También tienen información turística detallada, ideal si quieres organizar visitas por los alrededores. Nosotros teníamos dudas sobre qué ruta seguir y ellos, muy amablemente, nos aconsejaron, lo que hizo nuestra experiencia mucho más cómoda y agradable.
Pasemos ahora al tema de las camas, que eran grandes y extremadamente cómodas. La habitación contaba con una única puerta de acceso y se comunicaba con otras habitaciones únicamente por dentro. A pesar de estar cerca de otras estancias, durante la noche no se escuchó ningún ruido, lo que nos permitió descansar de manera perfecta y relajada.
El alojamiento cuenta con un baño dividido: la ducha y el lavabo con secador de pelo y gel están en una habitación, mientras que el inodoro se encuentra en otra. Eso sí, quien use el baño de la otra habitación tiene que pasar necesariamente por la habitación principal si necesita ir al baño en mitad de la noche.
Algo que realmente me encantó y que considero uno de los grandes lujos de alojarse aquí, son las vistas hacia el Mont Saint-Michel. Tanto de día como de noche, esa imagen es simplemente hipnótica y hace que despertarse allí sea una experiencia única.
En conclusión, puedo decir que nos gustó muchísimo este alojamiento, tanto por su ubicación como por el trato tan atento de los anfitriones. Alojarse tan cerca del Mont Saint-Michel fue todo un lujo y, sin duda, una de las mejores decisiones de nuestro viaje.
Si estás pensando en visitar el Mont Saint-Michel, te recomiendo planificar tu alojamiento en Huisnes-sur-Mer o en sus alrededores. De esta forma, no solo tendrás cerca el Mont Saint-Michel, sino que además podrás disfrutar de amaneceres y atardeceres únicos sin las multitudes de los buses turísticos.
Algunos consejos útiles:
Llegar temprano al Mont Saint-Michel para evitar las aglomeraciones.
Aparcar el coche en los parkings oficiales y caminar o tomar el shuttle gratuito hacia la abadía.
Si tu alojamiento ofrece desayuno, aprovecha la comodidad de tenerlo preparado antes de salir, así podrás empezar el día con energía.
Llevar ropa cómoda y calzado adecuado, ya que hay bastante pendiente y calles empedradas.
En definitiva, alojarse cerca del Mont Saint-Michel te permitirá disfrutar de la visita con más calma y convertir tu viaje en una experiencia mucho más relajada y memorable.
Para llegar al Mont Saint-Michel, lo más cómodo es ir en coche, especialmente porque se trata de un pueblito pequeño y con acceso limitado. Nosotros dejamos el coche justo al lado de la capilla de Sainte-Anne, ya que había bastante sitio y además era gratis. Desde allí, la estación de tren de Vitré queda muy cerca, y el Mont Saint-Michel se encuentra a tan solo 10 minutos en coche.
Además, al lado de la estación está la oficina de turismo, ideal si quieres recoger mapas o preguntar por rutas locales. De esta manera, puedes organizar la visita sin perder tiempo y aprovechar al máximo tu día.
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