Qué ver en Versalles 🏰

Guía completa desde París

Visitar el Palacio de Versalles es una de las excursiones más recomendadas si estás en París. A tan solo unos kilómetros de la capital, este imponente conjunto arquitectónico es una verdadera joya de la historia francesa. En este post te cuento qué ver en Versalles, cómo llegamos desde París, dónde aparcamos, cómo fue nuestra ruta por el palacio, jardines y demás rincones, y hasta dónde comimos.

🚆Cómo llegar a Versalles desde París

Nosotros fuimos en coche desde París, pero si no tienes vehículo, puedes llegar fácilmente en transporte público. La opción más cómoda es tomar el RER C hasta la estación Versailles Château – Rive Gauche, que te deja a unos 10 minutos caminando del palacio.

En coche el trayecto fue de unos 45 minutos desde el centro de París, dependiendo del tráfico, claro.

🚗 Dónde aparcar en Versalles

Aparcar en Versalles puede ser caro y complicado si no vas con previsión. Nosotros aparcamos gratis en la Avenida de Saint-Cloud, ya que era domingo y por la mañana temprano había sitio de sobra. Esta opción está bastante cerca de la entrada principal, así que la recomiendo totalmente si visitas el palacio un fin de semana.

Palacio de Versalles

🎟️ Entradas y horarios

Compramos la entrada por internet para evitar colas, y escogimos la primera franja horaria, a las 9:00. La verdad, fue una excelente decisión, ya que al llegar temprano se puede visitar el interior del palacio con bastante tranquilidad.

Los horarios cambian según la temporada, pero en general el palacio abre de martes a domingo, de 9:00 a 18:30, mientras que los jardines abren un poco antes.

💡 Consejo: si puedes, compra la entrada combinada, que te permite acceder a todos los espacios: el Palacio, los Jardines, el Trianón y la Aldea de María Antonieta.

🏰 Qué ver en Versalles

Empezamos por el Palacio, la joya de la visita, que comenzó a las 9:00, justo cuando abrían las puertas. Nuestra visita al Palacio de Versalles . Reservar la entrada con antelación fue todo un acierto, ya que nos permitió evitar colas y aprovechar al máximo la mañana. Entramos directamente y comenzamos el recorrido por el interior del palacio, que es simplemente impresionante.

01. El Palacio de Versalles

Desde el primer momento te envuelve el lujo y el detalle de cada estancia. Las salas están decoradas con frescos, tapices, muebles dorados y detalles que reflejan el poder y la opulencia de la monarquía francesa. Lo que más me impactó fue la Galería de los Espejos, ese gran salón con techos pintados, espejos infinitos y vistas a los jardines. Es una de esas imágenes que ves en libros o películas, pero estar allí en persona te deja sin palabras.

Galería de los espejos

Otro punto que me gustó mucho fue la habitación del Rey, donde Luis XIV comenzaba cada día con una ceremonia conocida como el Lever du Roi. Las habitaciones de la Reina también son dignas de mención, especialmente por su elegancia y detalles más personales.

El recorrido por el interior del palacio dura alrededor de 1 hora y media si vas con calma y prestando atención a los detalles. Hay paneles informativos en cada sala y también se puede alquilar una audioguía, o usar una app gratuita que puedes descargar previamente. Recomiendo llevar auriculares para disfrutarlo bien sin molestar a otros visitantes.

En resumen, el interior del Palacio de Versalles no defrauda, es una joya arquitectónica y artística que te transporta directamente al corazón del Antiguo Régimen francés.

Después de recorrer el interior, hicimos una parada para desayunar algo rápido en la cafetería que hay junto al palacio. Perfecta para recuperar energías antes de salir a los jardines.

02. Los Jardines y las fuentes de Versalles

Después de visitar el interior del palacio y reponer fuerzas salimos a recorrer los famosos jardines de Versalles. Y sinceramente, me sorprendieron tanto como el propio palacio.

Los jardines son enormes, perfectamente simétricos, con largas avenidas de grava blanca, setos recortados al milímetro y estanques que parecen espejos. Pasear por ellos te hace sentir diminuto. Lo más bonito fue que justo ese día estaban funcionando las fuentes ornamentales, lo que añade un toque especial al recorrido.

Estas fuentes no están encendidas todos los días, así que si tienes la oportunidad de verlas en funcionamiento, ¡no lo dudes! Por suerte, tuvimos la fortuna de coincidir con una de esas jornadas, así que pudimos ver varias en funcionamiento, como la famosa Fuente de Latona y la Fuente de Apolo, aunque no todas funcionan todo el rato.

Un consejo, no intentes verlo todo caminando, porque las distancias son bastante largas. Nosotros usamos el trenecito turístico que va parando en los principales puntos del dominio, y fue una muy buena decisión. Además, está incluido con ciertas entradas combinadas, como la nuestra, así que puedes subir y bajar las veces que necesites.

Recorrer los jardines de Versalles con las fuentes activas es una experiencia mágica. Todo parece una película de época, la música, el agua danzando, el sonido del viento entre los árboles… Sin duda, es uno de los momentos más bonitos que ver en Versalles.

Jardines de Versalles

03. El Petit Trianon y la Aldea de María Antonieta

Después de pasear por los jardines y disfrutar del espectáculo de las fuentes, tomamos de nuevo el trenecito para dirigirnos hacia una de las zonas que más curiosidad me generaba antes del viaje: el Dominio de María Antonieta, donde se encuentra el Petit Trianon y su famosa aldea.

El Petit Trianon es un palacete más pequeño y mucho más íntimo que el gran palacio. Fue un regalo de Luis XVI a María Antonieta, para que tuviera su propio espacio lejos del protocolo y el control de la corte. Al entrar, se nota de inmediato que el estilo es más sencillo, aunque igualmente elegante. Me gustaron especialmente las habitaciones decoradas con colores suaves y luz natural, y los detalles más personales que no se ven en el Palacio principal. Se respira un ambiente más relajado, más humano.

Pero lo que realmente me enamoró fue la Aldea de la Reina. No tenía muy claro qué me iba a encontrar, y fue una auténtica sorpresa. Es un conjunto de casitas rurales con techos de paja, huertos, un lago con puentes, animales, todo diseñado al gusto de María Antonieta, que quería sentirse “una campesina” por unas horas, eso sí sin renunciar al lujo.

Pasear por la aldea es como estar dentro de un cuento. Las casas están perfectamente conservadas, y muchas aún conservan mobiliario o zonas decoradas con mimo. Es una visita que recomiendo mucho, sobre todo si viajas con niños o te interesa la historia más cotidiana del lugar. Personalmente, fue uno de mis rincones favoritos que ver en todo Versalles.

Además, al estar algo más alejado del palacio, hay menos gente y puedes recorrerlo con más calma, disfrutando del entorno natural y los paisajes. Si tienes tiempo, no dudes en incluir esta parte del dominio en tu recorrido, merece mucho la pena.

04. Nos faltó el Grand Trianon

Tras recorrer la Aldea de María Antonieta, aún nos quedaba por ver el Grand Trianon, ese elegante palacio de mármol rosa que también forma parte del dominio. Lo vimos de pasada desde el trenecito, pero por cuestión de tiempo no pudimos entrar. Es una lástima, porque tiene fama de ser un lugar más tranquilo y con estancias muy refinadas. Así que queda apuntado para la próxima vez.

🚂 Cómo moverse por Versalles

Por cierto, una recomendación importante, si quieres ver todo con calma: palacio, jardines, fuentes, Trianones y la aldea, reserva el día completo. Porque aunque todo está relativamente cerca, el dominio de Versalles es enorme y caminar de un punto a otro puede ser agotador. 

Por eso me pareció súper útil el trenecito, que puedes tomar con tu entrada para moverte entre las distintas zonas. De esta manera ahorras mucho tiempo y, sobre todo, energía.

Jardines Versalles

🍽️ Dónde comer en Versalles

Después de tantas visitas y caminatas, el hambre ya apretaba. Elegimos comer en un sitio cercano al dominio, llamado La Place, y fue todo un acierto. Es una crepería muy agradable donde pedimos unas galettes saladas, las clásicas crepes bretonas, que estaban realmente buenas. Aunque tardaron un poco en servirnos, estaba bastante lleno, pero el trato fue excelente, el personal fue muy amable y atento en todo momento.

Además, tienen terraza, así que pudimos sentarnos al aire libre a descansar y comentar todo lo que habíamos visto. Un final perfecto para un día muy completo en Versalles.

Dónde comer en Versalles

¿Vale la pena visitar Versalles?

Definitivamente . Versalles no es solo un palacio, es historia, arte, jardines espectaculares y rincones únicos. Nuestra visita nos dejó encantados, y aunque no pudimos verlo todo, nos fuimos con la sensación de haber hecho un verdadero viaje al pasado.

¿Tienes pensado visitar Versalles? Si tienes dudas, déjalas en los comentarios y estaré encantado de ayudarte a planificar tu visita.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos requeridos están marcados *

Publicar comentario

12 planes que hacer GRATIS en París

Todo sobre Paris Pass

Ruta de 5 días por los pueblos más llamativos de la región de Occitania

Ruta de 8 días por la Bretaña Francesa

Sígueme

Contacta conmigo