Dónde alojarse en São Miguel
Islas Azores
En este post quiero contarte dónde alojarse en la isla de São Miguel, la más grande de las Azores. La isla tiene una forma alargada y recorrerla de punta a punta puede llevar bastante tiempo. Por este motivo, una de las mejores opciones es dividir tu estancia en varios puntos estratégicos. De esta manera evitarás pasar horas en carretera y aprovecharás mucho mejor cada día de tu viaje.
Así mismo, nosotros pasamos un total de siete noches en São Miguel y, tras analizar bien el itinerario, decidimos elegir tres alojamientos en distintas zonas. De esta manera, conseguimos estar siempre cerca de los lugares que queríamos visitar y ahorrar tanto tiempo como energía en los desplazamientos.

Nada más llegar, la recepcionista fue muy amable y nos proporcionó un mapa en el que nos señaló varios lugares imprescindibles para visitar. Gracias a esto, pudimos organizar mejor nuestras primeras excursiones por la isla.
El hotel cuenta con parking privado para clientes por 4 € al día. Optamos por usarlo porque aparcar en la zona era complicado, ya que la mayoría de plazas cercanas estaban reguladas con parquímetro.
Además, dispone de bar, restaurante para desayunar y cenar, piscina con tumbonas y sombrillas, así como una zona de descanso con sofás y mesa de billar. Aunque no llegamos a probar la comida del hotel, sí aprovechamos sus espacios comunes para relajarnos.
Nuestra habitación era bastante amplia, con suelo enmoquetado, televisión y aire acondicionado. El baño incluía secador de pelo, gel y champú con un aroma realmente agradable. Algunas habitaciones tienen terraza, pero en nuestro caso nos alojamos en la última planta sin ella. Las vistas daban a la fachada principal y al puerto de Ponta Delgada.
Por motivos de protocolo sanitario nos preguntaron si preferíamos limpieza completa, parcial o ninguna. Nosotros elegimos únicamente el cambio de toallas, una opción que nos resultó cómoda y práctica.
El hotel está muy bien situado, a solo 6 minutos andando del centro de Ponta Delgada, en la Rua João Francisco Cabral Nº 1. Por las noches, solíamos ir caminando hasta la zona del puerto para pasear y cenar, ya que allí se concentran muchos restaurantes con buen ambiente. De este modo, podíamos disfrutar de la ciudad sin necesidad de coger el coche..
Si estás buscando dónde alojarse en São Miguel y quieres un lugar auténtico, tranquilo y con encanto, nuestro segundo alojamiento fue en la Casa do Sossego, situada en el pintoresco pueblo de Furnas. Nosotros pasamos allí tres noches y la experiencia fue muy especial, ya que combina la esencia rural con todas las comodidades modernas, fue como sentirse en casa.

La casa nos sorprendió desde el primer momento. Aunque es un alojamiento rural, dispone de todo lo necesario para sentirte como en casa. Por ejemplo, tiene una cocina totalmente equipada con horno de leña y una mesa de comedor perfecta para las cenas largas. Además, cuenta con un salón acogedor, dos habitaciones, un baño completo y un patio muy amplio.
El patio fue uno de nuestros rincones favoritos porque tenía zona de tendedero techada, ideal cuando llueve sin previo aviso, y también una mesa exterior donde poder comer al aire libre. Incluso aprovechamos la lavadora para poner una colada, algo que se agradece en viajes largos.
A la hora de aparcar puede parecer algo complicado porque no hay parking privado. Sin embargo, siempre encontramos un sitio muy cerca del alojamiento, así que no fue un gran problema.
Otro detalle que nos encantó fueron los productos de bienvenida. Nos dejaron una botella de agua, leche, un tarro de mermelada casera y dos bolos levados, un pan típico de Furnas delicioso. Nos gustó tanto que volvimos a comprar más en una tienda del pueblo, y la mermelada estaba exquisita.
Al tratarse de una casa rural, también hay ciertos inconvenientes. Por ejemplo, las campanas de la iglesia cercana suenan desde primera hora, y los gallos de la zona empiezan a cantar nada más salir el sol. A esto se suman los mosquitos, bastante habituales en la zona.
Por otro lado, no hay aire acondicionado en ninguna parte de la casa. Aun así, no lo echamos en falta porque por la noche refresca bastante. La única excepción fue la habitación de arriba, que resultaba más cálida.
Las habitaciones están repartidas en dos plantas. En la planta baja hay una habitación con cama de matrimonio y cuna, mientras que en la planta superior se encuentra otra habitación con una cama de matrimonio y dos camas individuales. La única pega es que las camas de matrimonio no son demasiado grandes.
En cuanto a la ventilación, la habitación de abajo no cuenta con mosquiteras, lo que hizo que, al abrir la ventana para dejar entrar aire fresco, también entraran mosquitos. En cambio, las ventanas del resto de la casa sí tienen mosquiteras, aunque no evitan del todo que entren algunos.
La Casa do Sossego está situada en la Rua da Igreja Velha, en Furnas, muy cerca de la iglesia de Santa Ana y de las termas de Terra Nostra. Además, en esta misma zona se encuentran los restaurantes más famosos donde preparan el típico cocido de Azores. Por este motivo, alojarse aquí resulta una opción excelente para quienes quieran probar la gastronomía local sin alejarse demasiado.

Para los últimos días de nuestra ruta decidimos cambiar de zona y probar otro estilo de alojamiento. Esta vez elegimos Casa da Flor, en Ribeira Grande, donde pasamos dos noches. Si te preguntas dónde alojarse en São Miguel para estar cerca de la costa norte y, a la vez, en un ambiente familiar, esta es una opción muy recomendable.
Lo peculiar de Casa da Flor es que se trata de una casa particular en la que te alquilan una habitación, pero con acceso a las zonas comunes. Gracias a esto, la experiencia resulta muy cercana y diferente a la de un hotel convencional.
Aparcar fue sencillo, ya que en la calle junto a la casa siempre había sitio. El salón común es amplio y cuenta con televisión, además de una carpeta repleta de información sobre la isla: lugares que visitar, rutas de senderismo y recomendaciones gastronómicas.
El desayuno estaba incluido en el precio y fue toda una sorpresa. Había café, leche, zumo, cereales variados, fruta fresca para llevar, panecillos con embutido y queso, yogures y un bizcocho casero delicioso. Incluso sirvieron melón recién cortado, algo que se agradece.
Como detalle de bienvenida, en la habitación nos dejaron una cesta con galletas, dos botellas de agua y una caja del famoso té de las Azores. Sin duda, un gesto que marcó la diferencia.
En cuanto a la habitación que nos tocó estaba en la zona del jardín. Era amplia, con baño privado, toallas, secador de pelo y gel. Además, disponía de aire acondicionado, algo que no siempre se encuentra en la isla. Por otra parte, la cama era grande y cómoda, y lo mejor es que no tuvimos ningún problema de ruido, por lo que descansamos estupendamente.
Casa da Flor se encuentra en la Rua dos Apóstolos nº 58, Ribeira Grande. Desde allí, el centro del pueblo, los restaurantes y la zona de costa están muy cerca, lo que permite moverse con facilidad sin necesidad de usar demasiado el coche. Por este motivo, creemos que es un punto estratégico donde alojarse en São Miguel si quieres explorar la costa norte y disfrutar de un ambiente tranquilo.
Conclusión:
Como has visto, elegir bien dónde alojarse en São Miguel puede marcar la diferencia a la hora de disfrutar del viaje. Nosotros optamos por combinar diferentes zonas: primero en Ponta Delgada, para estar cerca del aeropuerto y tomar contacto con la isla; después en Furnas, donde experimentamos la tranquilidad de la vida rural y la cercanía a las termas; y finalmente en Ribeira Grande, que nos permitió explorar la costa norte y despedirnos de la isla en un entorno muy acogedor.
Cada uno de estos alojamientos nos aportó una experiencia distinta y complementaria. Gracias a esa variedad, pudimos recorrer São Miguel sin perder tiempo en largos trayectos y disfrutar de todo lo que la isla tiene para ofrecer: paisajes volcánicos, rutas de senderismo, gastronomía local y, por supuesto, su gente amable.
En cuanto a las opciones, lo cierto es que hay alternativas para todos los gustos. Puedes optar por la comodidad de un hotel en la capital, dejarte seducir por la autenticidad de una casa rural en Furnas o vivir una experiencia más cercana en un alojamiento familiar en Ribeira Grande. De esta manera, tendrás siempre un punto de partida perfecto para tus excursiones.
En definitiva, lo importante no es solo dónde alojarse en São Miguel, sino también cómo combinar los lugares para aprovechar al máximo el tiempo y descubrir la isla con calma. Así que planifica tu ruta, reserva con antelación y disfruta de este rincón mágico de las Azores, que sin duda te dejará con ganas de volver.
Si estás planeando tu viaje a São Miguel, quizá te interese profundizar un poco más sobre la isla y sus alrededores. Por ejemplo, en mi ruta de 12 días por las Azores podrás descubrir varias islas y no perderte ninguno de sus rincones más espectaculares. Además, si quieres centrarte solo en São Miguel, el artículo sobre las 10 cosas más importantes que ver en la isla te ayudará a organizar tu itinerario de manera práctica y eficiente.
Para los amantes de experiencias singulares, no te puedes perder la visita a las plantaciones de piñas, un lugar curioso y único en las Azores. Y, por supuesto, si quieres moverte con libertad, mi guía sobre dónde alquilar un coche en São Miguel te dará consejos prácticos para recorrer la isla sin complicaciones y ahorrar tiempo en tus traslados.
De igual manera, tengo otro post dedicado a qué hacer en Furnas, así como uno con los mejores miradores que ver en la isla de São Miguel.
Con toda esta información, podrás planear un viaje completo, combinando los lugares imprescindibles con experiencias únicas y rutas adaptadas a tu ritmo.
Ruta de 12 días por las Islas Azores
Que ver y hacer en Furnas, São Miguel
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Visita a las plantaciones de piñas de Ponta Delgada
10 Cosas que hacer en Sao Miguel
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