Templo de Debod
Todo lo que necesitas saber
Si quieres saber cómo visitar el Templo de Debod, te encantará descubrir esta joya egipcia situada en pleno Madrid, al oeste de la Plaza de España, dentro del Parque del Oeste. Este templo no solo llama la atención por su belleza, sino también por su historia: fue un regalo de Egipto a España en 1968, como agradecimiento por la ayuda prestada durante la construcción de la presa de Asuán.
Antes de su traslado, el templo corría el riesgo de quedar sumergido tras la construcción de la presa, pero gracias a este gesto hoy podemos admirarlo en su ubicación actual. Además, esta joya histórica tiene nada menos que unos 2.200 años de antigüedad, lo que convierte su visita en un viaje fascinante a la historia del antiguo Egipto, sin salir de Madrid.
Cómo llegar:
El Templo de Debod se encuentra en pleno Parque del Oeste, un lugar muy agradable para pasear antes o después de tu visita. Si llegas en transporte público, la forma más cómoda es tomar el metro hasta la estación Plaza de España, que conecta con las líneas 3 y 10. Desde allí, solo tendrás que caminar unos minutos por el parque hasta encontrarte con el templo.
Además, varias líneas de autobús, como la 62 y la 74, te acercan también al entorno del parque, lo que facilita mucho la visita si prefieres moverte por la ciudad de manera más panorámica. Por supuesto, si llegas en coche, hay zonas de aparcamiento cercanas, aunque el área puede llenarse en horas punta, especialmente en fines de semana y festivos, así que conviene planificar con antelación.

El Templo de Debod se puede visitar de martes a domingo, así como los días festivos, en horario de 10:00 a 20:00. Sin embargo, los lunes y algunas fechas señaladas como el 1 y 6 de enero, 1 de mayo, 24, 25 y 31 de diciembre, permanece cerrado.
La entrada es completamente gratuita, por lo que no tienes que preocuparte por el coste. Aun así, es recomendable llegar con algo de antelación, ya que normalmente se forman colas para acceder al templo. Además, el último pase de visita es 15 minutos antes del cierre, así que conviene planificar la visita para poder recorrerlo con calma.
Aunque la visita no es muy larga, realmente merece la pena, sobre todo para disfrutar de la historia que encierra y de las vistas panorámicas que ofrece sobre Madrid.

Cuando decidas visitar el Templo de Debod, te recomiendo ir temprano. De esta manera evitarás aglomeraciones y podrás disfrutar del monumento con tranquilidad.
Nada más entrar, encontrarás la planta baja. Allí se abre un pasillo lleno de jeroglíficos, que conduce a la capilla principal y a las dos criptas laterales. Además, los paneles explicativos te ayudarán a comprender el significado de cada inscripción y escena.
Subiendo a la planta superior, descubrirás una maqueta que muestra cómo estaba situado el templo junto al Nilo. También verás algunas piezas originales que no se pudieron reinstalar. Esta parte permite imaginar la vida religiosa y cultural de Egipto hace más de 2.200 años.
Después de recorrer el interior, uno de los grandes atractivos es salir al exterior. Allí podrás tomar fotos entre los arcos o delante del templo. Por cierto, la luz de la tarde resalta especialmente la fachada y los jeroglíficos, así que conviene planificar la visita hacia el atardecer.
Asimismo, puedes combinar esta parada con un paseo por el Parque del Oeste. Desde allí, las vistas de Madrid y la ciudad reflejada en los estanques crean un entorno perfecto para fotografías. Además, es una forma de completar la visita y conocer mejor el barrio.
Aunque la visita al Templo de Debod es relativamente corta, cada rincón ofrece detalles fascinantes. Por ello, conviene dedicar tiempo a observar los jeroglíficos, los paneles informativos y la arquitectura del templo. Sin duda, visitar el Templo de Debod es una experiencia que mezcla historia, arte y un poco de magia egipcia en pleno Madrid.
Si después de visitar el Templo de Debot quieres seguir descubriendo el arte y la historia de Madrid, tienes un montón de opciones interesantes muy cerca. Por ejemplo, puedes acercarte al Museo Arqueológico de Madrid para conocer el pasado de España o al Museo Thyssen-Bornemisza, que alberga una colección impresionante de pintura europea.
Si por el contrario, te interesa el arte clásico y las colecciones privadas, no te puedes perder el Museo Cerralbo, ni el Museo Lázaro Galdiano, que además queda cerquita del Museo Sorolla y permite combinar la visita fácilmente. Para los amantes del siglo XIX, el Museo del Romanticismo ofrece una experiencia muy agradable.
En particular, Madrid también tiene museos singulares que no requieren mucho tiempo para visitar, como los museos de metro de Madrid, donde puedes conocer la historia del transporte de la ciudad, o el Museo de Artes Decorativas, ideal para los que disfrutan del diseño y el mobiliario histórico. Y si buscas algo diferente, el Frontón Beti Jai es un espacio único donde el deporte y la historia se mezclan.
En pocas palabras, con todas estas opciones, seguro que puedes planear una ruta cultural completa y aprovechar al máximo tu estancia en la capital.